Trekking Koari Pass 2

Sigue desde la llegada al campamento el primer dia.
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En el campamento ya hay dos tiendas montadas. En la principal, esta un guia y el porteador cocinando, y en una un poco mas pequena hay dos chicos de Delhi que estan de vacaciones. Ademas en el campamento hay dos mulos, a los que no hago mas que mirar, pensando en lo bien que me hubiera venido haber contratado uno que llevase mi mochila.

Los dos chicos de Delhi, Sachin y Tejbir, son muy agradables. Hablan un ingles con bastante buen acento y Sachin, casualidades de la ida, ha sido consultor y acaba de dejar el trabajo por razons similares a las que yo lo hice. Les calculo unos 35, ambos casados y con un nino cada uno. Han tardado dos dias en llegar hasta aqui, asi que o bien yo soy una maquina, o ellos un poco tranquilones.

Cuando se pone el sol, encendemos un fuego y nos apretujams todos al rededor. Hace frio, aunque, como el viento ha parado, es soportable. Hablamos de India y de mis panes de viaje. Me desaconsejan Varanasi (venares) y, sin embargo (todo el mundo me ha dicho lo contrario) me recomiendan que este al menos dos dias en Agra. Sachin me da su telefono para que le llame cuando pase or Delhi.

La noche transcurre agradablemente. Se suceden las bromas. Con los guias hablan en Hindi, pero suelen hacerme traduccion simultanea.

Sobre las nueve nos vamos retirando a las tiendas. Auque junto al fuego no se apreciaba el frio, cunado voy a entrar en la tienda noto que hay una considerable capa de hielo al rededor. Me acuesto con toda mi ropa (excepto las botas claro). Duermo muy mal porque estoy bastante resfriado y la congestion no me deja relajarme. Ademas el suelo esta muy duro. A las siete menos diez estoy en pie, salgo de la tienda y me encuentro un paisaje alucinante. Mar de nubes por debajo de mi, suave bruma acariciando las copas de los arboles que rodean la pradera y las cumbres nevadas, tenidas de dorado con los primeros rayos de sol.

Desayunamos chai, las sempiternas tortitas de harina, huevos revueltos, queso y una especie de pisto de verdura muy especiado. Como siempre, anado una pastilla de isostar y otra de multivitaminas (que ademas me sienta muy bien para el resfriado). Tardamos bastante en recoger e campamento. Sachin, Tejbir y su equipo tambien viene hacia el Koari Pass, asi que al final somos un grupo considerable.

Nos cruzams con un grupo de americanos que van en direccion contraria a la nuestra. Solo llevan mochilas pequenas y unicamente les acompana un guia, asi que no entiendo com pueden sobrevivir si equipo. Al rat vemos pasar un regimiento de mulos que, como no, cargan con todo lo de los americanos, al contrario que en el caso de un servidor. Devo ser el unico que o ha contratado esa opcion y estoy convencido de que mi guia me lanza miradas de resentimiento.

El camino de hoy es facil. Casi todo el tiempo es llano, con breves repechos y descensos. Una vez mas, paramos demasiado para mi gusto. Sin embargo, com ayer, no digo nada, no vaya a ser que luego se complique la cosa y no pueda seguir el ritmo.

Definitivamente Sachin y Tejbir no llevan el montanismo en sus venas. Incluso cargando diminutas mochilas de mano, los deo atras sin proponermelo. Ademas su guia no parece preocuparle, con lo que al final formamos un grupeto delantero los guias y yo, y mis nuevos companeros "haciendo la goma".

A las dos horas y media de andar, llegamos a un nuevo campamento (Colaba) y, para mi alegria me dicen que podemos dejar aqui odo el material y subir al Koari Pass sin sobrepeso.

Pregunto cunado se tarda, y, cosa rara en India, no hay un acuerdo. Unos dicen que dos horas, y otros que casi cuatro. Sachi y Tejbir, me recomiendan que me lleve el frontal por si se nos hace de noche. Sin embargo solo son las doce del medio dia, asi que creo que no sera necesario, ni en la mas pesimista de las estimaciones.

Ellos, para mi sorpresa, me dicen que no van a subir. Hemos andado muy poco, peo ellos insisten es que es suficente y que manana dedicaran el dia a llegar al paso. Yo desde luego quiero cansarme mas. Ademas manana tengo un objetivo claro, intentar subir al Pangachula, un juguete Himalayo, de unos 5.000 metros, que a mi se me antoja como mi particular K2.

Iniamos la ascension despues de haber dejado todo recogido en la tienda de los guias. Tras 45 minutos de subida fuerte, por unas praderas, llegamos a donde yo pensaba que era el final del Paso, per que no era mas que un collado intermedio. Mas alla, una nueva subida, de camino bien empedrado (es una ruta de peregrinaje muy habitual), en el que en los ultmos metros se hacen habituales nieve y hielo.

Llegamos a la cima en hora y media. Segun Elo, muy rapido. Esta sonriente, la primera vez desde que hemos salido y probablemente sera por no tener que cargar con nada. Por mi parte, me siento perfectamente de cuello para abajo, pero con un dolor de cabeza considerable. Nos brigamos y comemos en el paso, a unos 4.000 metros (tampoco estoy seguro porque hay versiones contradictorias).

Esta nublado, asi que la sesion fotografica es breve. Bajamos rapido. Cuando estamos llegando al campamento nos cruzamos con esto, que han cambiado de opinion y ahora quieren hacer mi mismo planning. No confio mucho en sus fuerzas (tampoco en las mias), pero me alegra que se hayan animado a intentarlo.

Cuando llegamos al campamento, organizamos todo. Mi guia y yo nos separamos un poco del resto, porque el prefiere un lugar, mas cerca del rio, donde ademas tiene un arbol hueco, que utiliza de cocina. Me doy cuneta de lo duro que es su trabajo. Ademas de tener que andar lo mismo que yo, el monta la tienda, no para de cocinar, hacer te, hervir agua para mi, etc.. Como no se me ocurre en que mas ayudarle, y porque ademas me hace ilusion, me voy al bosque y recojo madera para el fuego.

Y digo que me hace ilusion, porque es la tipica actividad, como muy "viril", que normalmente nunca hemos hecho, pero hemos visto en las peliculas. El heroe bueno siempre iba a buscar lena antes del anochecer. Pues asi me sentia yo, como un nino pequeno. Recogiendo lena para luego poder pasar la noche viendo crepitar la madera y oliendo el aroma de la resina quiemada.

La noche es mas tranquila. Cenamos arroz con dahl, chapatis y te. Como estamos solos y manana nos espera el dia mas duro de todos, nos acostamos poco mas de las ocho y media. En el cielo se pueden ver un millon de estrellas y, algo que ya casi no recordaba, como hay tantas y su luz es tan intensa, a su alrededor, se forma una especie de nebulosa de luz.

Hoy duermo un poco mejor. Doy vueltas, pero al final consigo quedarme dormido con una sonrisa.