El segundo dia en Hampi fue tan bueno como el primero. Tenemos serias tentaciones de quedarnos. Ademas yo he conseguido contactar con el chico que escala y me dice que me va a ensenar todos los sitios que conoce. Casi les aseguro a todos, los chicos del hotel y el escalador, que volvere en Diciembre. El unico problema es lo mal comunicado que esta.
Por lo demas, Raquel y yo nos levantamos muy temprano, sobre las 7.30. Queremos ir a los establos de elefantes y a ver el Vithala Temple, que se supone, por lo que dicen las guias, que es el mejor de todos. Despues de desayunar, el; tradicional cafe, tostadas y tortilla, decidimos que, como es pronto, podemos ir andando.
Vamos primero a los establos porque el organismo responsable de gestionar turisticamente las ruinas de Hampi, ha decidido un sistema muy curioso por el que, si vas primero a los establos y pagas la entrada, 250 rs, puedes entrar gratis (el mismo dia) al vithala temple. Sin embargo, si lo haces al reves tienes que pagar en los dos. Ademas son los dos unicos sitios en los que hay que pagar entrada.
El camino que ayer hicimos en diez minutos, ahora nos cuesta aproximadamente cuarenta. Los establos, en comparacion con el resto, y teniendo en cuenta que son los unicos de pago, nos decepcionan un poco. Probablemente, en cualquier otro sitio, nos hubieran parecido estupendos, pero despues de lo que vimos ayer el liston esta muy alto. Con la entrada tambien podemos ver otros dos templos chiquititos que estan anexos. Hacemos bastantes fotos y nos vamos para el Vithala Temple.
El camino de vuelta se hace mas duro porque el sol esta ya alto, asi que decidimos coger un ricksaw. De todas formas nos sale incluso mas barato que las bicicletas. El ricksaw nos deja en Hampi, a unos dos kilometros del templo. El resto es por la orilla del rio y no hay carretera.
Aunque hace mucho calor, el camino es muy agradable. Caminamos todo el rato sobre lisas orillas rocosas y, de vez en cunado, sopla una brisa refrescante. Justo al principio, a la sombra de unos grandes arboles, hay un restaurante, con terraza, justo pegado al agua. Tenemos serias tentaciones de quedarnos y tomar una cocacola, pero decidimos que es mejor aprovechar la manana. Unos quinientos metros mas adelante, llegamos ana playa de roca muy pulida, en la que un grupo de senoras lavan la ropa, y dos barqueros, ofrecen paseos en unos mini botes circulares de madera. Todas las imagenes parecen de cuento. Un poco mas alla dejamos a la derecha un desvio para el templo que vimos ayer por la tarde. Incluso en las distancia, los arcos de entrada, siguen siendo una imagen impresionante.
Finalmente llegamos al Vithala Temple. Hay bastantes mas turistas que en el resto e incluso un par de puestos de refrescos y helados. Yo me compro uno de chocolate. El Vithala es, sin duda alguna, lo mejor que hay en los alrededores de Hampi. De plata tendra aproximadamente trescientos metros de largo, por cien de ancho. A pesar de que llevamos dos dias viendo templos sin parar, nos causa una gran impresion. El unico punto negativo de la visita es que tenemos pegados durante todo el rato a un grupo de admiradores de Raquel, poco interesados por su patrimonio historico artistico.
De vuelta nos acercamos al rio y visitamos un conjunto de columnas que van desde el vithala, hasta el rio, y en la otra orilla, hasta otro templo mas pequeno. Es la imagen de una de las fotos de mi guia y queria ver si conseguia reproducirla pero la luz no es la mejor. Junto al rio, encontramos a una familia que vive, precariamente, debajo de uno de las ruinas. Me parece que son la familia del barquero. Los ninos estan bastante sucios y no tiene muy buen aspecto pero sonrien como si fueran los mas felices del mundo. La propia madre nos pide que les hagamos fotos.
Nos marchamos hacia Hampi. El Restaurante junto al rio es, esta vez, aun mas tentador, y nos quedamos a comer. Tomamos una comida basica pero sabrosa. Arroz, curries vegetales, samosas y chapati. De postre me ofrecen lassi especial (hecho con Bhang, una droga local) que declino. En otra ocasion me hubiese planteado probar, pero teniendo que coger un autobus esa noche quedaba absolutamente descartado.
Lo que queda de tarde la empleamos en el ciber, tomando un refresco en la terraza del hotel y, en el caso de Raquel, haciendose un dibujo de Henna. Sobre las ocho, aunque no tenemos mucha hambre, encargamos un par de pizza para cenar. A las 9.30 llega el ricksaw que habiamos encargado. Nos despedimos con pena de de Hampi. Podriamos haber estado muchisimo mas hasta aburrirnos.
Durante la media hora que se tarda en llegar a Hospet, nuestro conductor que lleva el Ricksaw completamente tuneado, nos hace escuchar (a todo volumen) una seleccion de Techno-Rap Indio dificil de digerir.
Aun con los oidos intentando recuperarse, nos deja en la puerta de un garaje, donde ya esperan dos parejas de turistas y un indio con uniforme de la compania de autobuses. Al rato se incorporan varios turistas Indios. El autobus llega puntual, pero debe haber algun problema y, a pesar de que nos han dicho que el autobus nunca se retrasa ni un minuto, salimos un cuarto de hora mas tarde de lo previsto.
Un poco preocupados, nos acostamos en la litera que nos ha tocado. Hay que reconocer que es confortable. Ponemos el despertador y yo me coloco el frontal para leer un rato. A la media hora, a pesar de los botes que pega el autobus, estamos todos dormidos camino de Bangalore.
1 comentario:
Leo ávidamente tus relatos, con un café en mano y la mente por tierras lejanas.
Algún día...
http://viajelento.wordpress.com/
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