martes, 4 de diciembre de 2007

Los backwaters no son un sitio cualquiera

Esperabamos mucho de los backwaters y, normalmente, cuando sucede eso, se corre el peligro de resultar decepcionado. Sin embargo la experiencia supero las expectativas. Pasar un dia completo en una casa barco se ha convertido en una de las sensaciones mas relajantes de mi vida.

A pesar de ello, la manana no empezo de la misma manera. Como habiamos planeado, nos levantamos muy pronto y nos fuimos a buscar ofertas al pueblo.

Mientras estabamos desayunando, ya nos estaban llamando desde fuera del bar para ofrecernos casas barco. El presupuesto que marca la guia era de unas 3500 rupias, pero estabamos en temporada alta y no estabamos seguros de conseguir ese precio. En todo caso teniamos como tope los 4.500 que nos pedian en el hotel.

En los primeros sitios nos ensenan fotos y nos dan precios de hasta 3.750. Decidiomos ir a ver un par de ellos. Nos desplazamos en ricksaw hasta el muelle con los duenos. El primero que chequeamos es bastante cutre y pequeno, pero tampoco tenemoosn con que compararlo. El segundo es un poco mas grande y las condiciones de la habitacion y el bano son mejores.

De todas formas no estamos convencidos y decidimos volver al hotel y pedirles que nos dejen ver el suyo que, supuestamente es de lujo. Nos hacen esperar un rato, mientras limpian el barco y, sobre las mueve y media de la manana, cogemos otro ricksaw con el chico que nos recogio el dia anterior en la estacion. No tenemos mucho tiempo porque se supone que los Barcos zarpan a las once.

En el muelle donde nos llevan hay alrededor de cien barcos mas, atracados uno junto al otro. El chico nos lleva hasta el nuestro, mientras otros duenos intentan desviarnos al suyo. Nada mas poner un pie en la casa bote, nos damos cuenta que lo de lujo, casi se habia quedado corto. Parecia el Fortuna, el barco de la Casa Real. Nos reciben camareros, perfectamente uniformados, en un salon en el que podrian descansar una docena de personas. mesa de comedor, sofas de todas las formas y colores, television plana, equipo de musica, etc.., Por un pasillo lateral mos llevan hasta la habitacion. Es tan lujosa como la de un hotel de cuatro estrellas espanol. El bano es igualmente perfecto. A Raquel le hacen "chiribitas" los ojos. Hay un segundo dormitorio, pero nos dicen que lo van a dejar cerrado. Inspeccionamos tambien la cocina, ya que es importante saber en que condiciones higuienicas se van a cocinas las comidas, y esta al mismo nivel el resto.

Mientras tanto la tripulacion, nos sigue con un despliegue de sonrisas y amabilidad. Nos sentimos como, siguiendo con las comparaciones monarquicas, los Principes de Gales, El chico del hotel nos explica que es el mejor barco de Allepey y que su precio real es de 14.000 rs, pero que han tenido una cancelacion esa misma noche y que, por esa razon, nos lo pueden dejar en "solo" 4.500rs.

Raquel, como es mujer previsora (vale por dos) se lo quiere quedar, pero yo la convenzo para chequear todos los que estan atracados en el mismo muelle. Pienso, "este ya lo tenemos, y igual si nos ven chequear otros nos lo bajan a 4.000".

Vamos a un extremo del muelle, muy seguros de nosotros mismos y empezamos a preguntar cual esta disponible y el precio. Nos saltamos muchos que no nos gustan. Subiemos a uno que tiene muy buen aspecto tambien y nos piden 4.000 rs. El primero es mejor, pero este seria una muy buena posibilidad.

Abusando de nuestra suerte, seguimos preguntado por todo el muelle. Mientras hacemnos nuestro paseo "triunfal", empiezan a llegar mas ricksaw coin turistas (Indios y extranjeros). Raquel duda, peor yo la convenzo para seguir. "Mujer, hay muchisimos barcos y seguro que podemos conseguir una ganga". No encontramos nada que supere las primeras ofertas. Retrocedemos hasta el principo del muelle. El dueno del segundo barco nos informa que ya esta reservado por otrso turistas. Corremos hacia el primero y, para nuestra consternacion, esta tambien reservado. El chico del hotel se disculpa, pero nos asegura que no lo tiene en exclusiva y que el dueno encontro otros clientes.

Tras unos momentos de tension, en los que pensamos que nos vamos a quedar en tierra, volvemos a chequear. El problema es que todo el mundo ha visto la escena, cada vez hay menos barcos, y nadie nos quiere bajar de 4.500. Incluso nos sonrien concierta altivez, en contraste con las sonrisas de hace una hora. El refran de "la avaricia rompe el saco" pasa por nuestras mentes.

Miramos dos o tres mas, infinitamente peores, al mismo precio. Incluso pensamos en dejarlo para el dia siguiente. Derepente, veo uno que tiene aspecto delujoso tambien. Esta disponible y, tras unos momentos de negociacion, nos lo dejan en 4.500 tambien. Lo queremos!!. Nos aseguramos de que las condiciones ean las mismas; comida incluida, posibilidad de comprar algunas bebidas fuera y guardarlas en la nevera, recorrido, etc.. Todo parece en orden. El cocinero ademas nos asegura, que nos van a encantar sus platos y que todos sus antiguos clientes son sus amigos ahora.

A todo esto son casi las once, pero podemos salir a y media, si somos capaces de volver al hotel, coger las maletas, ir a comprar las bebidas (basicamente cerveza), mas antimosquitos y crema protectora.

Lo hacemos a la carrera y sudando por todos nuestros poros. Calculo que la temperatura en Allepey a esas horas ronda ya los treinta cinco grados. Las cervezas tenemos que comprarlas en un local de aspecto sospechoso donde nos las entregan en una caja de detergente, supongo que por no ser un punto legal de venta.

Llegamos al barco a las once y media en punto. Despues de las presentaciones de rigor del resto de la tripulacion (maquinas y capitan), subimos a la terraza que se abre sobre el puente de mando. En las siguientes dos horas yo no hago nada mas que disfrutar del paisaje y la brisa, mientrsa Raquel hace trescientas fotos. Los canales discurren enttre pequenas villas de casitas. Toda el mundo esta lavando la ropa, o navegando en canoa de un sitio a otro o, simplemente, andando por las riberas. Lo cierto es que cada imagen merece una foto.







Atracamos, simplemente atando un cabo a una palmera, sobre las dos para comer. Comprobamos que el cocinero decia la verdad sobre su competencia. Nos sirven, arroz, curries vegetales, pescado, ensalada y todo tipo de comida Keralana. El unico problema es la cantidad. Yo como tanto, que incluso me sienta un poco mal. Regamos la comida con un par de cervezas. Hace calor y les pregunto si puedo nadar un rato.

Lo primero que me preguntan es si se nadar. Me hace gracia la pregunta. Claro, que se, si no, no querria hacerlo. Me siguen como ninos y no hacen mas que decirme lo buen nadador que soy. Se les nota realmente emocionados. Sospecho que ellos no saben nadar. El agua esta tibia, y unos pequenos pececillos, me hacen cosquillas mientras nado. El lugar es sencillamente espectacular. Tras unos diez minutos vuelvo nadando al barco. Siento mi estomago muy pesado, y no estoy seguro que me haya sentado muy bien el bano.

Volvemos relajarnos en la terraza. El resto de la tarde no hacemos otra cosa que mirar, con cara de tontos, cada revuelta de los canales, los campos de arroz y las mil estampas que se nos van presentando. Tambien nos dan de merendar.

Sobre las seis volvemos a areacar, porque no esta permitida la navegacion nocturna. Me vuelvo a banar mientras oscurece. En la cena ya no podemos terminarnos todo. Estamos hasta la ona de la manana bebiendo cervezas heladas y escuchando los sonidos que viene de los palmerales. Es dificil explicar los bonitos que son los backwaters. Hay que venir y verlos uno mismo. Yo solo puedo decir que doy la razo a la Lonely Planet, cuando dice que es una de las diez cosas para hacer antes de morir.

Bajaos a nuestra habitacion, encendemos un par de espirales antimosquitos y nos dormimos pacidamente, mecidos por el levisimo movimiento del barco.

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