Lo sé, parezco un transformer, y no es muy estético, pero pasada la adolescencia (por desgracia, hace muchísimo), este parámetro no es el decisivo.
Y esta es una buena perspectiva de la pradera que (entre otras) tengo a diez minutos de mi casa en bici. En Madrid no tenía praderas así, tan verdes... Para algo tenía que servir que este siempre lloviendo. Cuando llegue a dominar la cometa y el patín, voy a disfrutar muchísimo de este sitio.
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