Despues de desayunar fruta y café en el hotel, montamos en el coche y nos dirijimos, rumbo norte y siguiendo las costa pacífica, hacia allí. Estamos a unos cincuenta kilómetros y, contanto con que la carretera sería igual de buena que hasta Dominical, calculamos unos cuarenta minutos de viaje. La realidad sería muy distinta. Nada más pasar Dominical, cruzamos un gran puente de hierro sobre el rio y el asfalto es sustituido por la pista de tierra. No es tan mala como la de Puerto Jimenez, pero las lluvias de los últimos días la han dejado prácticamente inundada.
Tardamos más de hora y media, a pesar de mis mejoras como piloto en este tipo de terreno. El parque esta situado junto a la localidad de Quepos. Nada más entrar nos damos cuenta de la gran diferencia que hay entre este sitio y lo que llevamos recorrido de Costa Rica. Hoteles cada poco a ambos lados de la carretera. Algunos de ellos con aspecto lujoso. Restaurantes, bares, club e incluso un casino.
Quepos es un destino turístico muy importante en Costa Rica. Tanto para los Ticos, que bajan desde San José, como para extranjeros. Cuando estuve informándome en España sobre el país, pude comprobar que casi todas las agencias que organizaban paquetes empezaban o terminaban las rutas aquí.
Casi llegando a la entrada del Parque, nos encontramos con un montón de coches parados en la carretera y alrededor un revuelo de gente que mira y hace fotos. Hay algo que esta subido en un poste de electricidad. Nos acercamos y, con sorpresa, descubrimos que es un perezoso. Nuestro primer perezoso. Es muy bonito, pero el pobre parece aturdido. Unos chicos ticos, intenta hacerle bajar, por su propia seguridad, con un palo. Sin embargo, el animalillo se resiste sin entender que pretenden ayudarle.
La verdad es que resulta un poco angustioso verle caminar por los cables de alta tensión y esperar que en cualquier momento se electrocute. Además hemos venido hasta aquí para ver animales en la naturaleza y no de esta forma tan poco auténtica.
Nos volvemos a montar en el coche y llegamos al Parque. Pagamos la entrada, bastante cara por cierto, y nos dan un pequeño mapa de los senderos y una bolsa de plástico para que tiremos la basura que generemos. Me sorprende un poco qu se pueda andar libremente por el Parque y que no te obliguen a contratar guía. En teoría, en el Parque Nacional Corcovado puedes ser devorado (facilmente, según la guía) por Cocodrilos, Tiburones Toro (que remontan la corriente de los ríos desde el mar en busca de peces) y mordido por serpientes venenosas.
Sin embargo, aquí o sólo tiene animales poco peligrosos o son más inconscientes. La respuesta es sencilla. Manuel Antonio, es un parque de juguete. En primer lugar es muy pequeño. se recorre de punta a punta, por senderos perfectamente acondicionados, en poco más de un hora. En cuanto a fauna, cuneta únicamente con monos, aves e insectos. Además, por último, y para mí lo peor, la concentración de turistas es tan alta que te sientes como en Port Aventura.
El lugar es bonito y cuenta además con dos playas de arena blanca (bastante masificadas de gente bañandose). Pero no es un Parque Nacional masificado y carente de interés si se quiere hacer algo más que dar un paseo. Lo más interesante es la alta concentración de perezosos. Vemos por lo menos una docena en menos de una hora.
Como no nos gusta mucho el sitio y estamos un poco cansado de compartir los caminos con vociferantes familias de americanos, decidimos salir del Parque y quedarnos tranquilamente en la Playa de Quepos. Es un sitio agradable, con abundantes chiringuitos y puestos para comprar pequeños souvenirs, en dóne nos compramos un par de collares.
Bebemos un par de imperiales y disfrutamos del sol. Además la playa, aunque tiene algo de oleaje, parece más segura y hay gente bañandose. Nos bañamos cada diez minutos para aliviarnos el calor. Nos entra hambre en seguida y buscamos un restaurante que viene recomebdado en la guía. Esta en uno de los acantilados y se supone que tiene las mejores vistas de la localidad; "ideal para ver la puesta de sol".
Lo encontramos rápido. El restaurante esta en un hotel muy pijo. Nos da un poco de cosa entrar con la pinta que llevamos. Pero el portero en cuanto nos ve, se da cuneta de que somos turistas, y nos hace pasar a la terraza como si fuesemos los príncipes de gales. Efectivamente las vistas son impresionantes.
Comemos estupendamente (sandwiches y ensalada) , aunque bastante caro, y muy bien atendidos. Nos dan información del hotel. Es un sitio perfecto para nuestros padres, pero para nuestro estilo, el precio es desorbitado. Yo nunca gastaria tanto en un hotel en un sitio como Costa Rica. Es decir, todo lo que te rodea es tan bonito, que no necesitas muchos lujos para sentirte bien. El lujo lo pone el entorno.
Sacamos un millar de fotos, pagamos y nos marchamos. Son más de las cinco dela tarde y se nos va a hacer de noche de todas formas para volver. La vuelta se hace un poco pesada. Descansamos un rato en la habitación y sobre las ocho y media, volvemos al pueblo a cenar en el mismo sitio que ayer. Jugamos al billar pero esta vez nos recogemos antes. Mañana volvemos a tener viaje. Nuestro destino es el Volcán Arenal y está bastante lejos así que debemos de salir pronto.
2 comentarios:
Manuel Antonio fué uno de los parques que más disfruté, alguna vez que estuve en un campamento de 15 días en Costa Rica, eramos 10 mexicanos, 10 ticos, 10 españoles y 10 italianos. Estuvimos una semana entera en Monteverde, ya lo conoces?
Ahora me encuentro en Madrid haciendo un Master, al final venía huyendo del estrés y del trabajo pero nuevamente estoy igual pues aparte del Master, soy becario en Repsol.
Tal vez por eso tu blog me ayude un poco jajajajaja.
Saludos
Bueno, esto es lo que tiene los viajes.. lo que a unos es gusta a otro no. Manuel Antonio para mí, es un parque de juguete. El año siguiente estuvios en Corcobado.. y eso sí es un Parque. Grande, con un montón de animales, dónde puedes nadar durante dos días y no ver a nadie más...
Publicar un comentario