Este sábado por la mañana vi una cosa que casi me hace llorar de alegría.
La noche anterior había salido con unos amigos españoles por Amsterdam. Habíamos salido "a la española", es decir, tomando copazos sin cuento. LLegué a las 5 y a la mañana siguiente tenía una resaca considerable. Sin embargo, no podía quedarme en la cama porque había quedado a las 12:00 con una chica Ucraniana en Leiden. Para ver la ciudad, muy bonita por cierto, y para prácticar idiomas (inglés y español, respectivamente)
Cuando llegue a la estación de tren más cercana a mi casa, la de Amsterdam Zuid, me encontré compartiendo el andén con dos parejas, yo diría que octogenarias (o muy cerca), que iban perfectamente equipados... !para viajar en bicicleta!!!. Llevaban estupendas bicicletas de montaña, maletas tipo alforjas colocadas sobre la parte trasera, casco, chubasqueros con franjas reflectantes, y todo el resto de artefactos típicos de quien viaja en y con bicicleta.
Como estaban en la estación, pensé, obviamente, que no hacen los trayectos entre ciudades (al menos todos ellos) en bicicleta, sino que toman el tren y luego en cada ciudad se mueven con la bicicleta. A pesar de ello, no pude más que admirarles. A su edad y siguen viajando como unos auténticos mochileros.
Me parece que es un ejercio increible de sentirse libre, activo, joven e independiente por muchos años. !que diferencia con los típicos viajes organizados, dónde te llevan de un lado para otro, como borregos y el viaje pierde toda su emoción!
La noche anterior había salido con unos amigos españoles por Amsterdam. Habíamos salido "a la española", es decir, tomando copazos sin cuento. LLegué a las 5 y a la mañana siguiente tenía una resaca considerable. Sin embargo, no podía quedarme en la cama porque había quedado a las 12:00 con una chica Ucraniana en Leiden. Para ver la ciudad, muy bonita por cierto, y para prácticar idiomas (inglés y español, respectivamente)
Cuando llegue a la estación de tren más cercana a mi casa, la de Amsterdam Zuid, me encontré compartiendo el andén con dos parejas, yo diría que octogenarias (o muy cerca), que iban perfectamente equipados... !para viajar en bicicleta!!!. Llevaban estupendas bicicletas de montaña, maletas tipo alforjas colocadas sobre la parte trasera, casco, chubasqueros con franjas reflectantes, y todo el resto de artefactos típicos de quien viaja en y con bicicleta.
Como estaban en la estación, pensé, obviamente, que no hacen los trayectos entre ciudades (al menos todos ellos) en bicicleta, sino que toman el tren y luego en cada ciudad se mueven con la bicicleta. A pesar de ello, no pude más que admirarles. A su edad y siguen viajando como unos auténticos mochileros.
Me parece que es un ejercio increible de sentirse libre, activo, joven e independiente por muchos años. !que diferencia con los típicos viajes organizados, dónde te llevan de un lado para otro, como borregos y el viaje pierde toda su emoción!
Lo dicho casi se me saltan las lágrimas. Un 10 para esas dos parejas de jovenes ancianos. Yo de mayor quiero ser como ellos.
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