viernes, 25 de diciembre de 2009
BuscoUnViaje.com
Espero que tenga 'éxito' porque hemos puesto mucha ilusión en el. Podría explicar detalladamente en que consiste pero lo mejor es probarlo directamente. Esta es la direción.
www.buscounviaje.com
Ah!! por cierto, igual hacía un año y medio que no me metía en Google Analytics para ver las visitas de este blog y, aunque sé que no son muchas, me ha sorprendido gratamente comprobar que todavía tengo casi 1.000 visitas mensuales.
Bueno, me despido aquí que es día de navidad y hay que darle los regalos a los sobrinos.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Nuevos proyectos, nueva vida, poco tiempo para escribir en el blog
Saludos a los que aún me lean o tengan el "google reader" para avisarles.
sábado, 16 de mayo de 2009
Escribir sobre uno mismo
Empecemos por anoche. Era viernes, y como todos los viernes comencé a ponerme nervioso desde por la mañana. Entre semana, más o menos, las rutinas mantienen los fantasmas alejados, pero los fines de semana, cuando uno ha decidido no tener una vida “convencional” (o no le ha quedado más remedio porque lo convencional le estaba mantando), tiene que ser suficiente brillante para llenar los espacios.
Tenía varios planes para salir a “divertirme”. Ir a una apertura de una galería con Sergio y Marja, o una fiesta de inauguración de piso de unos compañeros de trabajo, o unas simples cervezas con una chica, a la que estuve viendo hace un tiempo y que seguimos siendo amigo, y su grupo.
Aparentemente podía ser una buena noche de viernes. Pero como casi todos los fines de semana empecé a auto descartarme de todos los planes. El clima tampoco ayudó. Un día gris, plomizo, húmedo y que terminó en un enorme tormentón a media tarde, hizo que mis ánimos estuvieran por los suelos.
Como los grupos grandes me agobian cada vez más, en mi mente, elegí ir a la galería dónde igual no tenía que hablar con nadie. Además los intelectuales me dan miedo. Son demasiado “cool” y estirados para mí. No leen ni escriben, pero van a muchas fiestas de intelectuales dónde se debe aprender mucho. En todo caso llamé a Sergio para retrasar la hora de encuentro. Como escusa puse la lluvia, fiel aliada de mi estado de ánimo.
Mientras tanto tome un par de cervezas con dos compañeros de mi empresa. Cone ellos me siento cómodo. Puedo hablar de mis debilidades y escuchar las suyas. Y a veces, hasta nos reímos. Son parias como yo. Todos los que trabajamos en este sitio tenemos un perfil parecido. O, mejor dicho, tenemos historias muy diferentes pero con un denominador común que es la no normalidad.
Finalmente cancelo con Sergio porque la galería esta lejos. Mis compañeros se van a la fiesta, a la que yo también estoy invitado pero no quiero ir. A mi amiga le mando un sms diciendo que tengo fisioterapeuta y que la salud es lo primero. Todos me contestan o me miran con un claro gesto de, “ya, como siempre. Nunca te apuntas a nada. Eres un aburrido”.
Y tienen razón. Cojo mi bicicleta y me vuelvo a casa bajo la lluvia. Me como un “shoarma” antes de subir en el bar de abajo, solo. Entro en casa, casi ni saludo a mis compañeras de piso, me doy una ducha y me meto en la cama a leer. Son las once.
No es que tenga nada de malo no salir un viernes por la noche pero lo malo es el porqué. Me estoy empezando a desconectar de las cosas. Hablo con gente, tengo amigos, hago cosas, pero nada termina de llenarme y casi todo me da pereza. A veces miro a los “sin techo” y empiezo a temer. No, me parecen tristes sus historias porque no tengan nada, eso es lo de menos, sino los porqués psicológicos.
Que difícil es escribir de uno mismo, ni queriendo se pueden evitar las mentiras. No es cierto que no tenga pasiones, las tengo. Sin embargo, he cambiado mucho en los últimos años, en lo que quiero y en lo que soy. Y en algunas cosas para bien, pero en otras todavía ando perdido. Porque vivir, es apasionante, pero difícil.
Lo peor es que sabes que tienes todo para poder ser feliz y simplemente dejas escapar oportunidades o haces esfuerzos muy inespecíficos y mal direccionados.
Del amor ya ni hablamos. Madre mía. He conocido a un montón de chicas en los últimos tiempos. De todos los colores, estilos e ideologías. Imposible. Ni una sola vez se ha producido esa chispa mágica que hace que quieras estar con esa persona a todas horas, tanto despierto como dormido, y flotar por encima del mundo cogidos de la mano. Sí, esas cursiladas que se sienten y que no se pueden comprar con dinero, ni con esfuerzo.
Bueno. Me había prometido escribir un poco sobre mi mismo. Pero sólo un poco. Podría seguir hasta el infinito, y parte sería verdad y parte exageración y mentira. Pero es tiempo de salir a la calle, ir al gimnasio, comprar libros y una crema que necesito para mi maltrecha piel seca. Además tengo que trabajar y terminar de leer el libro de Ray Loriga y quién sabe, esta noche, probablemente buscar a algún amigo y tomar unas cervezas y mirar de lejos a alguna chica. Tampoco es un drama, simplemente es que estas nubes y la lluvia constante me están bajando un poco el ánimo un poco. Pero gracias a Dios, o a lo que sea, soy ciclotímico y se que después de esto bajones también tengo momentos de satisfacción total con mi vida.
sábado, 2 de mayo de 2009
Primavera en Amsterdam
Muchas cosas me han pasado desde que escribí por última vez en el blog. Cuando parecía que empezaba a coger carrerilla..., me ha pasado un mes sin escribir una letra.
lunes, 30 de marzo de 2009
Casi dos años viviendo en Amsterdam: mis compañeras de piso
miércoles, 18 de marzo de 2009
Fotos Marruecos 2009
http://www.flickr.com/photos/77058311@N00/
sábado, 14 de marzo de 2009
Planos y realidades
Siento el miedo a la caída en mi estómago. Bajo mis pies un abismo, enfrente, un sólido muro de acero plateado. De repente caigo. En un aparentemente desesperado intento, lanzo mis manos hacia delante para agarrarme a cualquier irregularidad. El muro es absolutamente liso, sin embargo, sin explicación posible y frente a cualquier lógica o esperanza, el acero cede ante las yemas de mis dedos. La velocidad de caída se reduce. No siento dolor ni esfuerzo en mis manos. Casi me he detenido. Adelanto las puntas de los pies y el acero vuelve a ceder. Me detengo bruscamente.
Respiro entrecortadamente. Miro hacia abajo y no distingo el fondo. Siento vértigo. Mi corazón palpita muy rápido. Estoy suspendido. Sostenido únicamente por las puntas de los dedos de pies y manos. No tiene sentido. Nada tiene sentido. ¿Dónde estoy?, ¿Como es esto posible? No recuerdo nada de lo que ha pasado anteriormente ni cómo he llagado a encontrarme esta situación.
Intento recordar mi nombre. Intuyo algo, pero no consigo transformarlo en una respuesta. Una brisa fresca que viene del fondo del abismo, me saca de mis pensamientos. Tengo que hacer algo. No se cuanto tiempo más podré sostenerme porque, aunque no siento esfuerzo, ni dolor, lo que esta pasando no es posible. La superficie, aparentemente sólida, se ha convertido en una especie de líquido en el que puedo penetrar escasos centímetros y que sin embargo, parece sólido porque sostiene mi peso y evita la caída.
De repente, caigo un par de metros más, y me vuelvo a detener. ¿Qué ha pasado? No he hecho nada. Ni tan siquiera me he movido. ¿Tendrá que ver con algo que he pensado o es que las condiciones físicas del muro cambian aleatoriamente?
Vuelvo a sentir vértigo. Me da miedo volver a caer. Y esta vez, ¿hasta dónde?, ¿un par de metros o quizá hasta el fondo?.Nada tiene sentido. Intento recordar las clases de escalada. Brazos estirados y caderas cerca de la pared. Echo hacia atrás la cabeza y escudriño a lo largo de la pared intentando buscar un fin. No lo encuentro, una suave niebla me impide ver muy lejos.
¿Dónde estaba antes de llegar aquí? Hago esfuerzos por recordar, pero no lo consigo. Creo que ya había nacido, pero dudo de si había muerto. Una nueva ráfaga de viento levanta un poco la niebla. Vuelvo a buscar el extremo superior del muro y me parece vislumbrarlo. Esta lejos, pero no se calcular la distancia. ¿son cien metros o un kilómetro? Es difícil tener certeza sobre algo en este absurdo.
Intento tranquilizar mi respiración. Sigo sin sentir esfuerzo o dolor. Tengo que subir hasta el borde del abismo. Es mi única posibilidad, mientras dure el milagro de estar atravesando con las yemas de mis dedos un material que, aparentemente es sólido como el acero.
Extraigo muy despacio la mano derecha. La superficie cede y se iguala, para quedar absolutamente lisa de nuevo. Alzo la mano unos cuantos centímetros y la vuelvo a introducir en la pared. El milagro se repite y vuelve a ceder. Siento una especie de cosquilleo helado en las yemas. Ahora llega el momento clave. Saco un pie, el izquierdo, y lo levanto un poco. Perfecto, vuelve a ceder. Subo la mano izquierda y, sobre estos tres puntos de apoyo, me decido a subir el pie derecho completando el primer paso hacia arriba.
Conseguido. Solo he avanzado unos centímetros, pero una oleada de optimismo me sacude. El viento me da en la cara y siento que el sudor empieza a bañar mi espalda y sienes.
De repente recuerdo mi nombre. Ahora ya tengo un objetivo. Sé quien soy, y que quiero hacer. Subir. Repito los movimientos de escalada. Todo sale bien y gano un poco de confianza. Echo de menos el que exista algún agarre visible. En esta pared imposible, puedes sujetarte en cualquier punto, pero eso me pone nervioso. Todos los puntos son posibles, pero ninguno lógico. Nada te indica el camino a seguir y además todo es increíble. A pesar de ello, hago un esfuerzo de adaptar mi mente a esta “realidad”.
El viento trae olor a humedad y, efectivamente, a los pocos segundos empieza a arrastrar, desde el fondo, como no podía ser de otra manera en este mundo de locos, una lluvia muy fina. No tengo ni idea de cómo puede afectar este nuevo elemento a las condiciones del muro al que me aferro, pero si algo tengo interiorizado es que la lluvia no es buena compañera de un escalador. Incluso la pared más rugosa, se convierte en una superficie resbaladiza cuando esta mojada.
Siento en mi interior la urgencia de darme prisa en alcanzar el borde del abismo y ponerme a salvo. Escalo hacia arriba lo más rápido que puedo. La lluvia se mezcla con el sudor, y a los pocos minutos, mi respiración está al límite. Me doy cuenta de que tengo que frenar o voy a empezar a híper ventilar. Y síu que tras la hiperventilación esta el mareo y pérdida de conciencia.
No me puedo permitir perder la conciencia. Escucho una música que llega desde atrás de mí. No consigo girarme lo suficiente para ver algo. Pero de alguna manera sé que allá, a lo lejos a mi espalda, debe existir otro mundo imposible compuesto de música suspendida en la nada.
Los compases metálicos y eléctricos, me recuerdan algo que ya he escuchado en mi pasado. Cuando cerraba los ojos y dejaba que esa energía mágica penetrase cada poro de mi cuerpo y recorriese por mis venas todo mi ser. Cierro los ojos por un segundo y dejo que me llene de felicidad artificial.
La lluvia, que ya ha empapado toda mi ropa, me devuelve a la realidad. Me apresuro en la escalada. Ahora, utilizando la música como impulso y ritmo. Coordino los movimientos con los “beats” alucinantes que mi cerebro registra unas décimas de segundo antes de que mi oído efectivamente los escuche. Estoy intuyéndolos. Sé cómo va a sonar por anticipado.
Centro la mirada arriba. El borde sigue muy lejos. Hay un momento que me parece que incluso está más lejos que al principio. Paro un momento e intento calcular la distancia, como cuando era niño. Extiendo la mano, y coloco un dedo en el borde y el otro justo en el borde de mi nariz. Vuelvo avanzar y chequeo la distancia entre ambos dedos. Como me había parecido, la distancia ha aumentado.
No se que hacer. De repente caigo otra vez. En esta ocasión la caída es de bastantes metros, pero, tan sorprendentemente como empezó la caída, se acaba y me detengo. Siento pánico. Mi estomago da vueltas y la respiración ha llegado a un punto casi insostenible. Todo me da vueltas. Vacilo. Un pie y una mano se me sueltan de la pared, y me quedo sostenido sólo por dos puntos en un equilibrio cada vez más precario.
Estoy aterrorizado. Vuelvo a agarrar la pared desesperadamente. Me pego a ella y cierro los ojos. Estoy así varios minutos hasta que un grito dentro de mi mente se abre camino hacia mi comprensión. Tengo que relajarme. Todo lo que está sucediendo es imposible, no es lógico y, por tanto, tampoco la caída tendría porque tener las consecuencias que me aterrorizan.
Empiezo a entender. No hay caminos lógicos que resuelvan mi situación. La música vuelve a penetrar en mi cuerpo y me llena de energía. De alguna forma comprendo de que, aunque esto no es un sueño (¿Qué es un sueño?), tampoco es la realidad (¿Qué es la realidad?. Ahora la música me ha dominado por completo y me siento absolutamente feliz. Los músculos de mis piernas y brazos están tensos, pero no cansados a pesar del supuesto esfuerzo. Una nueva ráfaga de viento húmedo despeja mi mente. De repente aparece, entre unos jirones de niebla, un rayo de sol. Me da en la cara. La sensación es tibia y rejuvenecedora.
Tomo una decisión. Es una locura. Pero todo es una locura. Respiro profundamente. Igualo mis hombros y pongo a la misma altura los pies. Estiro los Brazos. Subo un poco los pies para hacer palanca. Empujo con las palmas, coloco las plantas de los pies en la pared. Hago fuerza en los cuatro puntos de apoyo y me pongo de pié.
El acero, se transforma en una sueva y lisa capa de hierva verde. Tras el mareo inicial de sentirme en otro plano. Siento una felicidad inmensa. Estoy tranquilamente de pie en una pradera. La fuerza de la gravedad ejerce su trabajo y me pega al suelo. No puedo caer y estoy salvado. Doy unos pasos, luego una pequeña carrera y finalmente doy saltos de alegría. La música suena ahora muy fuerte y todas las células de mi cuerpo se han sincronizado con ella y vibran en una sinfonía intensa.
Me siento en el suelo. Echo la cabeza hacia atrás y dejo que el sol y la lluvia bañen mi rostro. De repente recuerdo cómo llegué aquí. La respuesta es sencilla, intentando encontrar mi camino.
jueves, 12 de marzo de 2009
Tareas pendientes en el blog
domingo, 1 de marzo de 2009
Una semana de escalada en el Chorro (Málaga)
Volamos desde Amsterdam 5 personas, Jana, Joris, Ashley, Judith (todos compañeros del rocódromo y buenos amigos) y el que esto escribe. Además desde Frankfurt se nos unirá Julia, una amiga de Jana con la que ya hemos escalado en alguna otra occasion, y probablemente desde Malaga y Almería dos amigas más.
Llevamos las mochilas llenas de equipo de escalada y, sobre todo, de ganas de disfrutar del buen tiempo del sur de España y el contacto con la naturaleza. El plan es escalar de miércoles a viernes, descansar el sábado (probablemente bajar a la playa) y volver a escalar de domingo a martes.
Queremos hacer un par de días de escalada tradicional (colocando nuestros propios seguros) de varios largos, un día de deportiva de varios largos y el resto deportiva de un largo intentado algún proyecto. En mi caso, se suponía que mi objetivo era hacer un 6c de primero y darle unos cuantos “pegues”a algún 7a, pero una inoportuna lesión de rodilla, de la que todavía no me he recuperado totalmente, ha hecho que mi confianza y mis posibilidades reales no estén en su mejor momento. Intentaré en todo caso, disfrutar lo máximo de los días, aunque físicamente no este para exigirme mucho.
Vamos a un camping. Algunos han elegido reservar literas dentro de la casa que tiene el camping, pero yo me llevo mi nueva tienda de campaña que me la compré a finales de 2008 y, dados los rigores del invierno, aún no he podido estrenar.
Otra cosa que, por cierto, espero de esta semana es que alguién me haga fotos escalando. En estos dos años no he podido juntar ni una docena de ellas y al final va a parecer que es mentira que escalo. Quiero una de esas en un buen desplome, colgado de las manos y metiendo un talon (o los dos) en el techo para poder descansar y ver por dónde sigue la ruta.
Esta noche tengo el ultimo entrenamiento. Espero sentirme bien. La escalada también es muy mental. Si estas fuerte de cabeza, el cuerpo la sigue. O será al revés?? En todo caso, hoy me siento con ganas de estar tres horitas dándole fuerte. Y luego a descansar dos días completos, hasta el miércoles y llegar al Chorro.
miércoles, 25 de febrero de 2009
Buscando aficiones
Sin embargo, y a riesgo de volver a sentir que no hago más que correr de un lado a otro sin realmente disfrutar de las cosas, lo que ahora quiero encontrar es una nueva afición como la escalada, que se pueda compartir con más personas, hacer en grupo, pero de carácter cultural.
Trabajar en la página web me reporta muchas satisfacciones. Dos días a la semana me dedico a leer sobre la historia de infinidad de países, me entero de sus situaciones políticas e investigo sus atractivos turísticos. Sin embargo, es una actividad solitaria. Lo mismo me pasas con la escritura, en este blog o dónde sea, y con la lectura. Lo seguiré haciendo siempre, pero no quiero basar mi vida en aficiones que me encierren en mi mismo.
El otro día estuve viendo a un amigo (escalador), participar en una obra de teatro de improvisación. Fue realmente divertido y me trajo buenos recuerdos de la sensación que se tiene subido a un escenario hablado en público. La diferencia radica en que el lo hacía con sus amigos, por placer y en plan comedia, y yo vendía aburridos proyectos de consultoría a directivos que, salvo excepciones, no me caían bien.
Cuando terminó la obra, nos tomamos unas cervezas y el tío estaba pletórico. Feliz. Yo le miraba con una envidia sana y no hacía más que darle vueltas a completar mis actividades semanales con algo similar. Eso sí, tiene que ser algo que, como todas las cosas buenas en esta vida, sea gratis o casi gratis.
Hasta ahora las opciones que se me ocurren son;
1. Hacer algún curso de producción de música electrónica (llevo diciéndolo siglos y no termino de hacerlo)
2. Apuntarme a algún grupo de teatro (aunque aquí tendría problemas con el idioma)
Pero tiene que haber mil cosas más. Muchos de mis amigos de Ámsterdam se dedican a actividades relacionadas con la cultura, el diseño y, en general, la creatividad, así que les voy a consultar. Por supuesto, si alguien que lea este post tiene alguna idea será muy bien recibida. Bueno manos a la obra.
domingo, 15 de febrero de 2009
Decisiones
domingo, 8 de febrero de 2009
Quiero hacer Psicobloc
http://www.youtube.com/watch?v=E3vc9X6NZg8
http://www.youtube.com/watch?v=DtugdNEX-04
http://www.youtube.com/watch?v=RclkxGIzPSk
Es curioso ser español, estar todo el día escalando (o pensando en escalar) y vivir en Amsterdam. Ayer estaba viendo entevistas de escaladores famosos como Chris Sharma o David Lama y todos hablan de Lérida, Huesca, etc.. como algunas de las "mecas" de la escalada mundial. Por años he vivido a una hora de distancia de algunas de las mejores escuelas de escalada del mundo y no tenía ni idea.
Pero, aunque eso me hace dudar, aún no ha llegado el momento. Escalaré en España cuando me "jubile" de esta carrera hacia no sé muy bien dónde. De momento, y para matar el gusanillo, en marzo voy una semana al chorro (málaga), y este verano una visita a Mallorca no se me va a escapar.
martes, 27 de enero de 2009
Aventuras Marroquies
También podéis consultar la guía del desierto de Marruecos en el que se desarolla la acción de este segundo viaje a Marruecos.
Marruecos nunca defrauda.
En poco más de una semana da tiempo a cruzar el Atlas nevado detras de una maquina ¨quita nieves¨, cruzando los dedos para que el coche no se te cruce de atrás, tener una discusión callejera con unos supuestos guardas de un parking inexistente que te han deshinchado una rueda para que no te vayas sin pagar, tomar el sol en una piscina relajadamente, fotografiar camellos ¨pastando¨ en el desierto, escalar en una garganta (la del Todra) que ofrece paisajes similares a los del cañón del colorado y escuchar el canto del muecín mientras te tomas un té en la Plaza Jma al Fna.
Empezando por Essaouira, durante dos días comimos cenamos y estupendamente, paseamos por la Medina y los puestos del Bazar y miramos relajadamente las olas estrellándose en los rompientes desde los muros del fuerte portugués que rodea la antigua ciudad. Lo recordaba un poco más barato pero en todo caso, me volvió a parecer un sitio al que me gustaría volver, por tercera vez, y dedicar tres o cuatro meses a cometear sin parar. Me encanta el olor a océano que recorre todas las callejas de la ciudad arrastrado por el viento.
La etapa entre Essaouira y Ourzazate, cruzando el Atlas, nos permitió disfrutar de un día de cielos azules inmaculados, carretera de curvas y paisajes maravillosos en la que el primer tramo estuvo dominado por los intensamente verdes bosques y la blanquísima nieve reflejando el sol. Una vez superado al puerto, el descenso hacia al desierto nos ofreció un sinfín de matices entre el rojo intenso arcilloso de las montañas, naranjas, y negros de los ergs que preceden la llegada a Ourzazate. Cenar con cerveza y untar pan en un tajin de pollo con ciruelas en Chez Dimitri redondea un día agotador pero perfecto.
De camino a Todra recorrimos la ruta de las mil Kasbahs, pasando por la garganta del Dadés, que no nos prepararon para la espectacular Todra, recogimos a un chaval berebere que quería llegar a su pueblo, hicimos un millón de fotos y disfrutamos de una nueva jornada de sol y calorcito, que falta hacía.
Una vez ya en Todra, encontramos, al final de una pista de piedras de unos 7 kilómetros que se adentra en la garganta, el magnífico Albergue Le festival, dónde nos alojamos en una cueva y disfrutamos del silencio de un lugar mágico en el que creímos que íbamos a ser los únicos huéspedes. Al final lo compartimos con unos franceses, pero no nos importó. Bajamos a Tinehir a comprar cervezas y con el anochecer disfrutamos de un cielo de un millón de estrellas, cantamos con los trabajadores beréberes que regentaban el lugar y cenamos sopa, ensalada y mussaka.
La jornada siguiente empezó con un trekking mañanero. El objetivo, ascender en línea recta desde el cauce del arroyo junto al que se encuentra el albergue, hasta el risco que se alza unos 800 metros más arriba. No hay caminos en ese terreno, o al menos yo no supe encontrarlos. El terreno es un pedregal, matorral bajo, nieve y algo de hielo. Las vistas, a cada revuelta espectaculares. Al final, en los últimos 50 metros un pequeño tramo de pared me obligan a dejar la tarea inacabada. Aunque es muy fácil, no conviene correr riesgos que puedan estropear las vacaciones. No he venido a escalar. Otra vez será. De regreso al albergue, sudado y feliz, despedidas y nuevamente en marcha para alcanzar merzouga.
El Camino es más bonito que el día anterior, más parecido al desierto que recordaba. Los pequeños pueblos que recorremos llenos de kasbahs y gente sonriente y amable. Eso sí, cuando llegamos a los dos que hacen de “puerta del desierto¨, la amabilidad deja paso al acoso. En Erfoud, compramos cervezas en un hotel, y empiezan a perseguirnos con ofertas de hoteles y tours en el desierto. En Rissani, dónde los guías falsos han quitado el cartel que indica como llegar a merzouga, el acoso ya es total e incluso un tanto agresivo. Llegamos a Merzouga tarde ya oscuro y nos cuesta un poco encontrar alojamiento, estamos a punto de quedarnos en el mismo sitio en el que estuve yo en mi primera visita, pero en el último momento encontramos uno muchísimo mejor por algo más de dinero. Cenamos con Vino.
El dia siguiente fue muy productivo. Empezando por una caminata de más de tres horas en las dunas, justo hasta llegar a una de las grandes dunas desde las que se ve el final del Erg Chebbi y la frontera con Argelia. De regreso, para relajar músculos, sesión de piscina y siesta. Por la tarde, visita al lago, que estaba rebosante de agua, ha debido llover mucho en la zona últimamente, visita al oasis, compra de regalos a unos niños del pueblo, y subida a una duna a ver la puesta de sol. Lamentablemente unas nubes justo en el horizonte la afearon y las fotos, esta vez, no fueron las mejores. La cena, con vino nuevamente.
La nueva jornada nos tocaba volver hacia Ourzazate. Sin embargo el recorrido lo planteamos por una carretera secundaria que bordeaba el desierto y que estaba mucho menos transitada que por la que llegamos. Los paisajes eran aún mejores y los pueblos, incluido el magnífico Knob, preciosos. Mediada la tarde, y cuando ya pensábamos que no podía había haber nada más bonito, entramos en el valle del Dráa, dónde tengo que volver y alojarme unos días en algún camping en medio del palmeral. Durante unos cincuenta kilómetros las carretera serpentea entre unas montañas anaranjadas, un inacabable palmeral, un río rojo que arrastra un caudal considerable y un sinfín de pueblitos medievales. De vuelta a Ourzazate, nueva cena en Chez Dimitri. Somos animales de costumbres.
Cerrando ya el círculo y de regreso a marrakech. El día amanece nublado y con aspecto de que en las montañas nos iba a caer lo que no esta escrito. Sin embargo, los marroquíes, siempre optimistas, o resignados según como se analice, nos aseguraban..., no, ningún problema amigo, la carretera esta abierta seguro. Al poco de empezar el puerto, nos encontramos una caravana de coches y las barreras cerradas. Empieza a nevar copiosamente. Todo el mundo sale de los coches y empieza a hacer análisis sesudos sobre la situación. Desplegamos los mapas buscando alternativas, preguntamos a todo el que nos cruzamos que opinión tiene el sobre si pasamos hoy la noche en el puerto o no. La policía dice que sí, que en una hora abren, pero añaden con una sonrisa: ¨inshallah¨ (si dios quiere). Al final todo sale bien y cruzamos las montañas siguiendo las máquinas quitanieves.
La noche la pasamos en un Riad, previa compra de regalos en los bazares, cena en la plaza y paseo por los jardines de la Koutoubia.
Y nada más. A la mañana siguiente avión de regreso a Madrid y se acaba un pequeño viaje del que sin embargo hemos disfrutado como si hubiese sido uno de los largos.
Una vez más el post me ha salido largísimo, aunque me había propuesto todo lo contrario. Además, y a pesar de que me estoy leyendo la recopilación de artículos de reverte, ¨con ánimo de ofender¨, en la que no hace más que utilizar tacos de buen calibre sigo escribiendo como un cursi. Que le vamos a hacer. Tampoco se puede pedir mucho de algo que se escribe y publica sobre la marcha, así, sin corregir ni nada. Algún día me marcharé a un lugar muy lejano, retomaré todos los textos de este blog y, quizá, con tiempo y algo más de madurez, podré sacar algo potable.