En menos de 24 horas estaré cogiendo un avión de KLM en Schipol (Amsterdam) con destino a Madrid y desde ahí, al día siguiente, otro de Iberia que me volverá a llevar a Marrakech, "la perla del sur".
Esta vez no va a ser un viaje largo, ni de mocila, pero al menos serán 8 días para recorrer algo del desierto marroquí y después, si da tiempo, bajar a la playa de Essauira a pasar un par de días antes de regresar al frio invierno europeo.
En Amsterdam llevamos aproximadamente diez días con los canales helados y hace un millon de años que no siento el sol calentarme la cara. Estoy deseando comerme un tajine de cordero y tumbarme en una de las grandes dunas de merzouga. Ir a correr a la playa en essaouira y darme un baño al terminar en el océano.
También quiero recorrer las gargantas del dadés y el todra que en mi última visita a Marruecos no pude ver. Eso sí, no pienso escalar en ellas. Todos los músculos de mi cuerpo piden a gritos una semana de descanso y no tocar una pared.
No se si tendré tiempo de escribir. No prometo nada. Es un viaje para disfrutar. Descansar física y mentalmente. Sólo quiero hacer lo que me apetezca en cada momento. Disfrutar de la compañía y de los incríbles escenarios que tiene el país.
Nos vemos a la vuelta, hasta pronto.
2 comentarios:
Pues buen viaje, ya nos contarás. Yo llevo tiempo con la idea de visitar Marruecos, tiene que ser una pasada.
Un saludo y feliz año,
Rafa (el de siempre)
Yo estuve viviendo en Tanger y Marrakech un tiempo y si te soy sincero no me gusto :P xro hay gustos para todo, espero que lo disfrutases
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