domingo, 15 de febrero de 2009

Decisiones

Tomar decisiones no es sencillo. Sobre todo, cuando uno se plantea la propia vida en términos de proyecto pero sin estar seguro exactamente de cuales son los resultados que se quieren alcanzar.
En eso estamos. Moviéndonos por intuiciones más que por certezas. Más por evitar lo que no nos gusta, y que no queremos hacer más, que habiéndo encontrado el camino que queremos seguir. Todavía... En el camino (la búsqueda) se experimentan sensaciones de todo tipo. Felicidad intensa y soledad que asusta.
Sin embargo, no hay que darle muchas vueltas. Sé que el camino que tomé en su momento (o quizás mejor dicho, el camino que abondoné para ir a no se muy bien dónde) no tiene vuelta atrás. Y en el fondo, estoy contento de que así sea. Nadie dice que despertar (al menos es lo que a mí me parece que me ocurrió) sea fácil o siempre agradable. Pero compensa. A la larga, a mí, me compensa.
En el plano de lo concreto, ahora debo decidir dónde quiero vivir. Seguir en Holanda es una posibilidad son pros y contras. El clima, la ausencia de montañas y el idioma son barreras (no nos engañemos, para la intehración completa, hay que hablar holandés). Los amigos, el ambiente desenfadado y cosmopolita de la ciudad puntos a favor.
Y si no, que?. Volver a España, aunque sería lo más facil, me permitiría volver a disfrutar del sol y escalar en algunos de los mejores lugares del planeta, tampoco me parece la solución. Todavía no, me dice una voz en mi interior. El mundo es muy grande y hay tantas cosas por ver y vivir. Volver a la realidad conocida me parecería casi como un fracaso vital (aunque no lo sea).
Empezar en otro lugar. Dificil, aunque probablemente sea la mejor solución. Y es dificil por dos motivos principales. En primer lugar porque no hay muchos lugares en el mundo en los que sea fácil empezar y que tengan todos los ingredientes con los que a mí me gustaría contar (mientras escribo esto me da bastante pudor). Además, y tan importante o más, me da miedo hacerlo en solitario.
Cuando tome todas aquellas decisiones y vine a Amsterdam lo hice acompañado con la persona con la que creí que compartiría una vida. Una compañera para esta aventura. La aventura. La única que tenemos. Pero sólo.. podría ser, debería ser, será.. pero me cuesta más.
También tengo que ser más eficiente. Perseverar y entregarme más en los proyectos que tengo entre manos. Aportar más, elevar el perfil, asumir responsabilidades, trabajar, pero en algo que amo.
Parecen sólo buenas intenciones, propósitos de enmienda. Sin emabargo, mi experiencia reciente me enseña que cuándo te tomas la molestia de reflexionar sobre lo que quieres y la concretas en una lista de objetivos, aunque no quizá en el corto plazo, los vas cumpliendo.
Ya escribí esto en un post hace mucho tiempo, pero aún conservo una lista de buenos propóstitos de 2004, en el que todo se había ido cumpliendo. Cosas que en aquellos momentos me parecían alcanzables. Algunas, por cierto, como vivir en Amsterdam (decía en el extranjero), que ahora me parece lo obvio y sencillo.
En fín.. vuelvo a utilizar este blog como psicoterapia pública. A veces me planteo como algunos amigos míos son tan reservados con sus ideas o sentimientos, y yo siempre escribo, mejor o peor, pero sin el menor pudor.

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