¿Como sabe alguien si tiene talento?, ¿es posible que una persona lo tenga (talento) para algo, pero que, por diversas razones, no llegue a dedicarse jamás a ello (y, por tanto, ni siquiera enterarse)?
Hace ya algunos días, estando en Panticosa, me llamó un buen amigo. Se había enterado por el blog de que me marchaba a Amsterdam y quería despedirse.
Me alegré mucho de su llamada porque, con el agobio de la mudanza, no había tenido tiempo de llamarle o escribirle para contárselo. Como viaja mucho, por motivos profesionales, estuvimos planeando fechas para que nos hiciera una visita, probablemente en Junio o Julio.
Me dijo que ya se había terminado el libro que le regalé el último día que nos vimos. Era "Memorias de un nómada", de Paul Bowles, uno de mis favoritos.
El cabrón me estuvo vacilando por la coincidencia entre el tipo de vida del autor (es autobiográfico y, por el título, es fácil deducir que relata sus peripecias por casi todos los rincones del mundo), y la dirección de mis recientes cambios vitales (abandono laboral, viajes, cambio de residencia, intento de escribir un libro).
"Claro", le reconocí, "me encantaría tener una vida parecida a la suya".
Además me da esperanzas el hecho de que, el mismo Paul Bowles, explica en un pasaje del libro, que cuando empezó a viajar (creo que recordar que se marcha a París), no podía ni imaginar, que el resto de su vida iba a ser una continua peregrinación de un sitio a otro (aunque siempre con la mirada puesta en Tanger, su ciudad fetiche).
Sin pensarlo un momento (pero riéndose), me contestó; "Sí, pero el, tenía talento".
Me sorprendió su afirmación, pero no me enfadó. No había malicia en su comentario, sino la complicidad de los amigos que se han gastado infinidad de bromas y que pueden ser irónicos, porque se conocen mutuamente, tanto las virtudes, como los defectos (en este caso, mi ingenuidad).
Tenía razón, la clave para que mi proyecto vital (el que sea) tenga éxito, es encontrar algo que me guste hacer y en lo que tenga un talento razonable.
Paul Bowles era compositor musical (además de escritor), y su profesión le permitía (quizá sería mejor decir, que le exigía) tener una vida intensa, viajar, conocer a gente, etc.. De vez en cuando debía regresar a Nueva York, para un estreno, o para realizar unos arreglos con directores de orquesta, coreógrafos, etc.. Pero, en general, podía trabajar en cualquier sitio, y enviar por correo los resultados.
En mi caso, los últimos ocho años de mi vida, también he tenido una profesión. Era consultor y, en teoría, lo hacía bien. Mis clientes, compañeros y colaboradores me valoraban (incluso cuando abandoné una multinacional, me siguieron), hacía conferencias delante de mucha gente, gestionaba proyectos de algo de dinero, etc...
Sin embargo, esa profesión y, sobre todo, el modo de vida aparejado, (reuniones sin fin, viajes a toda prisa, propuestas, negociaciones, etc..,) no me hacía, en absoluto, feliz. Incluso teniendo, en teoría, habilidades (¿talento?) para ella, y reconocimiento profesional.
Ahora he decidido abandonar esa forma de vivir. Pero claro, soy novato en todas las cosas que me gusta hacer; viajar, escribir, leer, hacer todo tipo de deportes y escuchar música, (porque las había desplazado por el trabajo). Evidentemente, no se, si tengo algún talento relacionado ellas. Por ejemplo, estoy escribiendo un libro. Pero, seamos realistas, ¿seré capaz de que tenga una calidad razonable?
En todo caso, también tiene su interés iniciar caminos nuevos, sin saber muy bien dónde te llevarán. ¿Sabía yo algo acaso de que era la consultoría cuando empecé?. Nada, no sabía nada. !Hasta me daba vergüenza hablar en público! Y realmente no me ha ido mal.
Espero esta vez tener la misma suerte y, quien sabe, quizá descubrir en mí, algún "talento" que me permita vivir lo más feliz posible los próximos años. Al menos estoy contento de probarlo.
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