Uno de los mayores placeres de tener tiempo es poder sumergirte en la lectura de un libro, durante dos o tres días, prácticamente, sin hacer otra cosa.
El "culpable", de que estos días me haya ocurrido esto, ha sido un libro de Vargas Llosa, titulado, La Fiesta del Chivo. Relata los últimos meses (duró 31 años entre 1929 y 1960) de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana.
Lo había empezado aproximadamente 2 o 3 días con el (creo que desde el domingo), a un ritmo de lectura normal (30 o 40 páginas diarias), que me permitía compatibilizarlo con otras actividades (como por ejemplo, escribir en el blog).
Sin embargo, a partir de la tarde del miércoles, en el metro, camino del rocódromo, leí la descripción de una prueba que realizaba el régimen, para comprobar la fidelidad de sus "secuaces", a la que llamaban "prueba de lealtad".
La crudeza de tal descripción, y a la vez una convicción interna de que el autor no había añadido ni un ápice, a lo que, en la realidad y no en la ficción del libro, debían de ser estas prácticas, me encadenó al libro hasta apurar la última palabra, del último párrafo, de la última página.
El libro me ha parecido que esta magníficamente escrito (como "la Guerra del Fin del Mundo" y "Los jefes" que eran los dos libros que ya había leído suyos), y además me ha permitido conocer unas circunstancias históricas (época y zona geográfica) que, debo reconocer, desconocía por completo.
Además de la crueldad de la Dictadura Trujillista, también me parecen interesantes las referencias que se hacen a las relaciones de la época (de gran tensión en la zona del Caribe) entre la citada República Dominicana y la Cuba Castrista ("el barbudo"), Venezuela, Colombia, algunos países centroamericanos, y, sobre todo, Los Estados Unidos, que pretendían convertirse en el "gendarme" del Caribe.
Hay que tener en cuenta que en esos años el Coco de la CIA era Castro, por el apoyo que este recibía de la URSS.
En definitiva creo que es un libro muy recomendable, tanto por forma como por fondo, para todos los públicos.
En estos dos o tres meses que llevo de vida "ociosa" ha sido la tercera o cuarta vez que me pasa, como cuando era estudiante y también tenía tiempo, que un libro me arrastra prácticamente a no hacer otra cosa durante el día que leer.
Evidentemente no es algo a lo que haya que ceder siempre (porque sería una hecatombe vital) pero me alegro de poder hacerlo de vez en cuando.
1 comentario:
Yo me lo leí cuando estuve viviendo en la Republica Dominicana, y también me enganchó bastante. Además, tampoco tenía ni idea de la historia del país, así que me vino bien para tener una base sobre la que preguntar a los dominicanos (es el país que he visitado donde la gente habla más apasionadamente de política).
De todas formas, yo tengo algo con Vargas Llosa que no acaba de funcionar... Sus libros me los leo a gusto, pero al acabarlos nunca me digo "que pasada".
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